sábado, 22 de diciembre de 2012
viernes, 7 de diciembre de 2012
Torsión de estómago
La dilatación – torsión gástrica en perros constituye una de
las urgencias más graves que pueden darse en los perros.
Hay una serie de factores
que predisponen a los perros a que este problema pueda ocurrir:
·
Anatomía:
los perros de gran tamaño, de más de 35kg de peso, y tórax profundo tienen una
sujeción más laxa (blanda) que otros perros más pequeños.
·
Aerofagia:
deglución de aire de manera involuntaria en el proceso de respiración de modo
habitual.
·
Alimentación:
o
Ingesta rápida y abundante (es más típica en
animales que solamente hacen una comida al día)
o
Periodos de ayuno, sobre todo si van seguidos de
una comida copiosa.
o
El tipo de alimento, su digestibilidad y su
carácter más o menos flatulento.
o
Ingesta masiva de agua tras una comida copiosa.
·
Ejercicio
físico: si es violento y después de comer, supone un sobreesfuerzo
respiratorio que puede aumentar la aerofagia. Además puede favorecer cierto
movimiento del estómago y hacer que los ligamentos que sujetan este “se
estiren” y sea más difícil mantener el estómago en su posición correcta.
·
Estrés:
relacionado también con una alimentación masiva y aerofagia.
Todos estos factores juntos o varios de ellos pueden
provocar un acumulo de gas en el estómago (DILATACIÓN GÁSTRICA) y que este gire
sobre sí mismo (TORSIÓN GÁSTRICA).
Cuando se produce una torsión gástrica no solamente se ve
afectado el estómago, si no que todas las vísceras abdominales se ven
perjudicadas, principalmente el bazo. Aparece además un cuadro grave de
dificultad respiratoria y un desequilibrio general del metabolismo que colocan
la vida del perro en una situación muy grave.
-Es un proceso de evolución muy rápida, el animal está tan
bien y normal y en 2-3 horas se ha producido la torsión y puede estar
agonizando.
-Aunque el tamaño y los antecedentes familiares suelen estar
relacionados no debemos suponer que un perro pequeño no pueda sufrir una
torsión de estómago.
- Cuando un perro sufre una dilatación – torsión de estómago
aparecen estos síntomas:
§
Dolor y abultamiento del abdomen
§
Nauseas sin que lleguen a vomitar
§
Inquietud, nerviosismo muy marcado y expresión
de angustia.
§
Respiración agitada, rápida y superficial.
§
Taquicardia
§
Al final: palidez de mucosas, somnolencia, coma
y muerte.
Es fundamental sospechar y
detectar el problema cuanto antes y trasladar al perro a la clínica veterinaria a la mayor brevedad posible.
La solución pasa por el quirófano, es imprescindible
estabilizar al animal y someterlo a una cirugía cuanto antes. Cuanto menos
tiempo transcurra desde que se produce la torsión de estómago y se resuelve
quirúrgicamente mayores probabilidades de no morir tendrá nuestro perro.
martes, 13 de noviembre de 2012
Razas de gatos: Ragdoll
Los gatos de raza Ragdoll (en inglés: muñeca de trapo) son
animales tranquilos y de temperamento bonachón y dócil. Es un gato muy
agradable para convivir con él, y no le gustan mucho ni la agitación ni el
ruido.
Es un gato sociable, que se suele llevar bien con otros
gatos y con los perros. Le gusta la compañía y se adapta bien a vivir en un
piso. No es ruidoso.
¿Qué aspecto tiene?
Tiene el pelo semilargo, suave, sedoso, pegado al cuerpo con
gorguera muy abundante. Puede ser de cuatro colores: seal, azul, chocolate y
lilac.
La cabeza es mediana, las orejas orientadas hacia delante,
los ojos grandes y ovalados y la cola larga y bien tupida.
Pesan entre 4,5 y 9 kilogramos ¡es todo un gatazo!
¿Requiere algún
cuidado especial?
Como cualquier gato, el ragdoll necesita unos cuidados
mínimos para garantizar su salud:
-
- Desparasitación interna cada 3 meses
-
- Desparasitación externa contra pulgas y
garrapatas
-
- Comida de la mejor calidad posible, limpieza de
la bandeja, una cuna
Pero además debemos asegurarnos del mantenimiento de su
pelaje, que requiere un cepillado frecuente porque es muy tupido.
También necesita (más que otros gatos) nuestra atención y
compañía, ya que detesta la soledad.
sábado, 27 de octubre de 2012
Intoxicaciones
Una de las principales causas de consultas de urgencias son
las intoxicaciones que sufren las mascotas tanto en el ámbito doméstico como
cuando salen al exterior.
Los signos y síntomas de las intoxicaciones son variables,
dependiendo del tóxico , del tiempo de exposición al mismo y
de la dosis. Podemos encontrarnos con síntomas leves e inespecíficos como
apatía y anorexia, pasando por vómitos, babeo, diarreas, dificultad
respiratoria, hemorragias e incluso estados comatosos.
En ocasiones los propietarios advierten este tipo de síntomas,
pero no alcanzan a saber qué tipo de veneno ha podido ingerir el animal, y a
veces puede ocurrir que el animal esté sufriendo una enfermedad y parezca
intoxicado (producción de toxinas en el organismo) sin haber comido ningún tipo
de veneno (por ejemplo en piómetras: infección de útero)
¿Qué debemos hacer ante una sospecha de intoxicación?
Lo más cabal es recurrir cuanto antes al veterinario, con
tranquilidad y habiendo recabado la mayor cantidad de información posible: ¿qué
tóxico ha ingerido?, ¿cuánta cantidad?, ¿hace cuánto tiempo? ¿se ha intentado
algún remedio casero antes de acudir al veterinario?
El clínico podrá distinguir cuál puede ser la gravedad de la intoxicación, indicarnos los primeros pasos a seguir hasta llegar a la clínica y una vez en ella tratar al animal y darnos un pronóstico sobre el alcance de la situación en la que se encuentra nuestra mascota.
¿Podemos prevenir las intoxicaciones?
A veces sí podemos:
-
En casa:
Evitar tener al alcance de la mascota productos de limpieza, fármacos, plantas
tóxicas, evitar dar de comer chocolate a los perros. Si tenemos casa con jardín
hay que tener cuidado con los tratamientos que se echan en las plantas o con el
control de roedores mediante venenos.
-
En la
calle: no dejar que el perro salga del alcance de nuestra vista. Si de
repente el perro desaparece puede estar escondido comiendo “algo que ha
encontrado”, que puede ser un ratón intoxicado con veneno o un bocadillo de
chocolate que ha tirado un niño…
viernes, 21 de septiembre de 2012
La toxoplasmosis
¿Qué es la toxoplasmosis?
Es una enfermedad infecciosa producida por Toxoplasma gondii, un protozoo parásito
que puede infectar a cualquier animal de sangre caliente (mamíferos, aves).
La enfermedad generalmente es leve, pero puede llegar a ser
muy grave en fetos y en personas con las defensas muy bajas y el sistema
inmunitario comprometido.
¿Cuál es el problema con los gatos y la toxoplasmosis?
Aunque prácticamente cualquier animal de sangre caliente
puede infectarse con el parásito Toxoplasma
gondii, los felinos son el hospedador definitivo. Esto significa que en los
gatos el parásito es capaz de completar su ciclo y reproducirse dentro del
organismo de los gatos.
¿Cómo se contagia la toxoplasmosis?
Los gatos se infectan al comer carne de roedores o aves
infectadas. El parásito se multiplica en el intestino del gato y se libera con
las heces de este. De modo que las heces de un gato infectado de toxoplasmosis
pueden contaminar el agua, las verduras, etc y si un humano u otros animales ingieren
esos productos contaminados pueden ser portadores o enfermar de toxoplasmosis.
¿Cuáles son los síntomas?
La mayor parte de los gatos no muestran síntomas (portadores
asintomáticos). La enfermedad afecta más a individuos jóvenes (cachorros y
niños) y animales inmunosuprimidos.
En el humano los síntomas se parecen a los de la gripe:
fiebre, falta de apetito, cansancio, etc. En casos graves puede haber vómitos,
diarreas, afectación de ganglios linfáticos e incluso abortos.
Gatos, toxoplasmosis y mujeres embarazadas
Existe la falsa
creencia de que las mujeres que tienen gatos deben desprenderse de estos si
piensan quedarse embarazadas. Esta creencia se deriva de que aunque la
mayor parte de las infecciones por Toxoplasma son leves, existe un tipo de
toxoplasmosis grave, que es la que se adquiere de forma congénita. Si una mujer
embarazada contrae la toxoplasmosis puede verse afectado el feto y presentar
alteraciones al nacer.
Existen muchos casos de embarazadas que sufren toxoplasmosis
y no han tenido contacto alguno con gatos. Esto se debe a un descuido en medidas
de seguridad higiénicas y alimentarias. Siguiendo estas pautas los gatos
caseros no supondrán un problema:
-
Comer carne siempre perfectamente cocinada (evitando embutidos que no hayan tenido tratamientos
térmicos)
-
Lavarse bien las manos y los utensilios después
de manipular alimentos crudos.
-
No permitir que el gato cace, ni tenga acceso a
carnes crudas o poco cocidas.
-
Limpiar diariamente la bandeja del gato y
durante el embarazo hacerlo con guantes o que otra persona se encargue de
hacerlo.
-
Lavar cuidadosamente las futas y verduras que
vayan a ingerirse crudas (las hortalizas mal lavadas son la principal fuente de
contagio)
- Emplear guantes para manipular la tierra del
jardín potencialmente contaminada.
En conclusión, antes de deshacernos de un animal es
conveniente consultar con el veterinario. La toxoplasmosis se puede
diagnosticar con una simple analítica y tiene tratamiento. No condenes a tu
gato a vivir sin ti ni dejes de vivir con él por miedos infundados.
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